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Murales de la Historia

Pintor, muralista, escultor, ingeniero civil, arquitecto y urbanista antioqueño (Anorí, julio 4 de 1899 - Medellín, junio 6 de 1984). Hijo de Jesús Gómez González, liberal radical, simpatizante socialista, empresario de minas, consejero de Estado y congresista, y de María Luisa Agudelo, Pedro Nel Gómez Agudelo realizó sus primeros estudios de dibujo y pintura en la Academia de Bellas Artes de Medellín, con los profesores Humberto Chávez y Gabriel Montoya.

Cursó el bachillerato en el Liceo de la Universidad de Antioquia y realizó estudios de ingeniería civil en la Escuela de Minas de Medellín, graduándose en 1922. En 1924 viajó a Europa para hacer estudios de pintura en Francia y Holanda; en 1926 ingresó a la Academia de Bellas Artes de Florencia, donde permaneció poco tiempo pero adquirió una experiencia importante.

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Trabajó en un estudio donde ejecutó varias obras al óleo: Lección de anatomía, Las Amazonomaquias, El martirio de San Jerónimo, La señorita Inoccenti y otras; obras que dos años después fueron expuestas en Roma, en una exhibición organizada por el Círculo Artístico con el nombre de Exposición Latinoamericana.

En Florencia conoció a Giuliana Scalaberni, con quien contrajo matrimonio y formó un hogar de ocho hijos. A su regreso a Colombia, en 1930, Pedro Nel Gómez recibió la oferta de dirigir la Escuela de Bellas Artes de Medellín. En 1934 expuso 114 obras en el Salón Central del Capitolio, en Bogotá. El prestigio conseguido con esta exposición le permitió firmar contrato con el Municipio de Medellín para las decoraciones del Palacio Municipal, un conjunto de 11 murales que se conocen como el primer ciclo de su obra mural.

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En estos murales, localizados en diferentes partes del edificio, Gómez presentó, con su estilo fuerte, las escenas de la vida y el trabajo humano tematizado así: La mesa vacía del niño hambriento, Danza del café, El Matriarcado; tríptico del trabajo: De la bordadora a los telares eléctricos, El problema del petróleo y La energía, el trabajo y la maternidad; La República, El minero muerto, Intranquilidad por enajenamiento de las minas, El barequeo y Las fuerzas migratorias.

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A este primer ciclo de murales pertenecen también los ejecutados por Gómez en el estudio de su Casa Museo, en el Barrio Aranjuez de Medellín, con el tema Homenaje al pueblo antioqueño. Pero Pedro Nel Gómez no sólo dispuso volúmenes en la técnica del fresco, sus trabajos como ingeniero y arquitecto plantearon soluciones inmediatas y proyectaron un desarrollo futuro en el que se advertía su profundo sentido estético y social.

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Este aspecto quedó profesionalmente plasmado en la ejecución de sus proyectos: construyó su Casa Museo, diseñó y dirigió la construcción de los edificios de la Escuela de Minas de Medellín iniciados en 1938, y participó en la nacionalización de esta facultad; suyos fueron los proyectos para la cooperativa de Vivienda del barrio San Javier, y para el Cementerio Universal de Medellín; también realizó la planificación del sector Laureles de esta ciudad.

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Fundó la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, en 1946, donde ocupó varias veces el cargo de decano; y enseñó Perspectiva, entre otras cátedras, dedicación que lo llevó a obtener el título de profesor emérito. Desempeñó los cargos de cónsul de Colombia en Florencia (1930), revisor de teatros de Medellín (1933), arquitecto del Departamento de Antioquia (1934) y presidente de la Casa de la Cultura de Medellín (1949).

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Fue miembro de la junta de las Empresas Públicas de Medellín (1935), de la Junta de Valorización del Municipio de Medellín (1936), del Consejo Directivo de la Facultad Nacional de Minas (1951), del Consejo Administrativo de Antioquia (1954) y del Consejo Nacional de la Paz (1955). 

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Con respecto a su participación en el destino del arte nacional, al maestro Pedro Nel lo acompañó siempre el propósito de despertar las esencias que perviven en el pueblo y que se expresan en forma total en todas las culturas, porque es allí donde el hombre y el artista tienen algo que decir invitando a descubrir en nuestro propio suelo la expresión artística. En 1944 se llevó a cabo en Medellín la Exposición de Arte Nacional, en ella el IV Salón de Artistas Colombianos que se nombraron "Artistas independientes" llevaron a cabo su exposición, al tiempo con el mencionado evento.

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Uno de estos independientes fue Gómez, quien con Rafael Sáenz, Gabriel Posada Zuluaga, Débora Arango, Octavio Montoya, Jesusita Vallejo, Graciela Sierra, Maruja Uribe y Laura Restrepo, elaboró un manifiesto para ser leído en el acto de clausura de su exitosa muestra plástica; este manifiesto consta de trece puntos en los cuales se destaca la necesidad de un arte independiente.

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La participación del maestro Pedro Nel Gómez en esta nueva concepción del artista y del arte, marcó lo que fue su compromiso como pionero y guía visionario de la expresión plástica en la cultura nacional; Gómez señaló los caminos de un arte que sirva a las gentes del porvenir. Apoyado en su formación científica y plástica, hizo del hombre lo monumental en la obra de arte, y de la técnica del fresco la síntesis cuyo nacimiento es creación de conjunto y su finalidad es integración arquitectónica y urbana.

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La presencia de este sentido renacentista en sus primeros murales, concretamente los ejecutados en el salón principal de la alcaldía, no le fue grata ni favorable, pues fueron mandados a cubrir en 1950 por el alcalde, quien los consideraba inmorales por sus desnudos; así, pesadas cortinas pretendían ocultar el poder desnudo de una raza.

La obra escultórica de Pedro Nel Gómez recibe la personalidad del artista, cuya fuerza e intención expresa con el cincel; tallas y esculturas en madera, mármol y bronce; materiales que se transforman en figuras cuya textura manifiesta la vitalidad de una pincelada en el muro y la posibilidad del volumen real de la forma. La escultura ocupa los espacios y sus dimensiones.

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